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Lo leo

Lectura con tutor

Lectura con tutor

En esta ocasión vamos a leer por parejas. Uno leerá una frase, se para y el compañero repite exactamente la misma frase. Al terminar comienza el primero. Para hacerlo más fácil esta primera vez tienes el texto escrito en dos colores diferentes. La lectura corresponde al libro "Manolito Gafotas" de Elvira Lindo.

 

@@@ Manolo Segura@@@

 

El último mono@@@ Manolo Segura@@@

El último mono@@@ Manolo Segura@@@

Me llamo Manolito García Moreno, pero si tú entras a mi barrio y le preguntas al primer tío que pase:

Me llamo Manolito García Moreno, pero si tú entras a mi barrio y le preguntas al primer tío que pase:

–Oiga, por favor, ¿Manolito García Moreno?

–Oiga, por favor, ¿Manolito García Moreno?

El tío, una de dos, o se encoge de hombros o te suelta:

El tío, una de dos, o se encoge de hombros o te suelta:

–Oiga, y a mí qué me cuenta.@@@ Manolo Segura@@@

–Oiga, y a mí qué me cuenta.@@@ Manolo Segura@@@

Porque por Manolito García Moreno no me conoce ni el Orejones López, que es mi mejor amigo, aunque algunas veces sea un cochino y un traidor y otras, un cochino traidor, así, todo junto y con todas sus letras, pero es mi mejor amigo y mola un pegote.

Porque por Manolito García Moreno no me conoce ni el Orejones López, que es mi mejor amigo, aunque algunas veces sea un cochino y un traidor y otras, un cochino traidor, así, todo junto y con todas sus letras, pero es mi mejor amigo y mola un pegote.

En Carabanchel, que es mi barrio, por si no te lo había dicho, todo el mundo me conoce por Manolito Gafotas. En Carabanchel, que es mi barrio, por si no te lo había dicho, todo el mundo me conoce por Manolito Gafotas. Todo el mundo que me conoce, claro. Todo el mundo que me conoce, claro. Los que no me conocen no saben ni que llevo gafas desde que tenía cinco años. Ahora, que ellos se lo pierden. Los que no me conocen no saben ni que llevo gafas desde que tenía cinco años. Ahora, que ellos se lo pierden.

Me pusieron Manolito por el camión de mi padre y al camión le pusieron Manolito por mi padre, que se llama Manolo. Me pusieron Manolito por el camión de mi padre y al camión le pusieron Manolito por mi padre, que se llama Manolo. A mi padre le pusieron Manolo por su padre, y así hasta el principio de los tiempos. A mi padre le pusieron Manolo por su padre, y así hasta el principio de los tiempos. O sea, que por si no lo sabe Steven Spielberg, el primer dinosaurio Velociraptor se llamaba Manolo, y así hasta nuestros días. O sea, que por si no lo sabe Steven Spielberg, el primer dinosaurio Velociraptor se llamaba Manolo, y así hasta nuestros días. Hasta el último Manolito García, que soy yo, el último mono. Hasta el último Manolito García, que soy yo, el último mono. Así es como me llama mi madre en algunos momentos cruciales, y no me llama así porque sea una investigadora de los orígenes de la humanidad. Así es como me llama mi madre en algunos momentos cruciales, y no me llama así porque sea una investigadora de los orígenes de la humanidad. Me llama así cuando está a punto de soltarme una galleta o colleja. Me llama así cuando está a punto de soltarme una galleta o colleja. A mí me fastidia que me llame el último mono, y a ella le fastidia que en el barrio me llamen el Gafotas. A mí me fastidia que me llame el último mono, y a ella le fastidia que en el barrio me llamen el Gafotas. Está visto que nos fastidian cosas distintas aunque seamos de la misma familia. Está visto que nos fastidian cosas distintas aunque seamos de la misma familia.@@@ Manolo Segura@@@

A mí me gusta que me llamen Gafotas. A mí me gusta que me llamen Gafotas. En mi colegio, que es el «Diego Velázquez», todo el mundo que es un poco importante tiene un mote. Antes de tener un mote yo lloraba bastante. En mi colegio, que es el «Diego Velázquez», todo el mundo que es un poco importante tiene un mote. Antes de tener un mote yo lloraba bastante. Cuando un chulito se metía conmigo en el recreo siempre acababa insultándome y llamándome cuatro-ojos o gafotas. Cuando un chulito se metía conmigo en el recreo siempre acababa insultándome y llamándome cuatro-ojos o gafotas. Desde que soy Manolito Gafotas insultarme es una pérdida de tiempo. Desde que soy Manolito Gafotas insultarme es una pérdida de tiempo. Bueno, también me pueden llamar Cabezón, pero eso de momento no se les ha ocurrido y desde luego yo no pienso dar pistas. Bueno, también me pueden llamar Cabezón, pero eso de momento no se les ha ocurrido y desde luego yo no pienso dar pistas. Lo mismo le pasaba a mi amigo el Orejones López; desde que tiene su mote ahora ya nadie se mete con sus orejas. Lo mismo le pasaba a mi amigo el Orejones López; desde que tiene su mote ahora ya nadie se mete con sus orejas.

Hubo un día que discutimos a patadas cuando volvíamos del colegio porque él decía que prefería sus orejas a mis gafas de culo de vaso y yo le decía que prefería mis gafas a sus orejas de culo de mono.

Hubo un día que discutimos a patadas cuando volvíamos del colegio porque él decía que prefería sus orejas a mis gafas de culo de vaso y yo le decía que prefería mis gafas a sus orejas de culo de mono.

Eso de culo de mono no le gustó nada, pero es verdad. Eso de culo de mono no le gustó nada, pero es verdad. Cuando hace frío las orejas se le ponen del mismo color que el culo de los monos del zoo; eso está demostrado ante notario. Cuando hace frío las orejas se le ponen del mismo color que el culo de los monos del zoo; eso está demostrado ante notario. La madre del Orejones le ha dicho que no se preocupe porque de mayor las orejas se encogen; y si no se encogen, te las corta un cirujano y santas pascuas. La madre del Orejones le ha dicho que no se preocupe porque de mayor las orejas se encogen; y si no se encogen, te las corta un cirujano y santas pascuas.@@@ Manolo Segura@@@

La madre del Orejones mola un pegote porque está divorciada, y como se siente culpable nunca le levanta la mano al Orejones para que no se le haga más grande el trauma que le está curando la señorita Esperanza, que es la psicóloga de mi colegio. La madre del Orejones mola un pegote porque está divorciada, y como se siente culpable nunca le levanta la mano al Orejones para que no se le haga más grande el trauma que le está curando la señorita Esperanza, que es la psicóloga de mi colegio. Mi madre tampoco quiere que me coja traumas pero, como no está divorciada, me da de vez en cuando una colleja, que es su especialidad. Mi madre tampoco quiere que me coja traumas pero, como no está divorciada, me da de vez en cuando una colleja, que es su especialidad.

La colleja es una torta que te da una madre, o en su defecto cualquiera, en esa parte del cuerpo humano que se llama nuca. La colleja es una torta que te da una madre, o en su defecto cualquiera, en esa parte del cuerpo humano que se llama nuca. No es porque sea mi madre, pero la verdad es que es una experta como hay pocas. No es porque sea mi madre, pero la verdad es que es una experta como hay pocas. A mi abuelo no le gusta que mi madre me dé collejas y siempre le dice: A mi abuelo no le gusta que mi madre me dé collejas y siempre le dice: «Si le vas a pegar dale un poco más abajo, mujer, no le des en la cabeza, que está estudiando.» «Si le vas a pegar dale un poco más abajo, mujer, no le des en la cabeza, que está estudiando.»

Mi abuelo mola, mola mucho, mola un pegote. Mi abuelo mola, mola mucho, mola un pegote. Hace tres años se vino del pueblo y mi madre cerró la terraza con aluminio visto y puso un sofá cama para que durmiéramos mi abuelo y yo. Hace tres años se vino del pueblo y mi madre cerró la terraza con aluminio visto y puso un sofá cama para que durmiéramos mi abuelo y yo. Todas las noches le saco la cama. Todas las noches le saco la cama. Es un rollo mortal sacarle la cama, pero me aguanto muy contento porque luego siempre me da veinticinco pesetas en una moneda para mi cerdo –no es un cerdo de verdad, es una hucha– y me estoy haciendo inmensamente rico. Es un rollo mortal sacarle la cama, pero me aguanto muy contento porque luego siempre me da veinticinco pesetas en una moneda para mi cerdo –no es un cerdo de verdad, es una hucha– y me estoy haciendo inmensamente rico.

Hay veces que me llama el príncipe heredero porque dice que todo lo que tiene ahorrado de su pensión será para mí. Hay veces que me llama el príncipe heredero porque dice que todo lo que tiene ahorrado de su pensión será para mí. A mi madre no le gusta que hablemos de la muerte, pero mi abuelo dice que en los cinco años de vida que le quedan piensa hablar de lo que le dé la gana. A mi madre no le gusta que hablemos de la muerte, pero mi abuelo dice que en los cinco años de vida que le quedan piensa hablar de lo que le dé la gana.

Mi abuelo siempre dice que quiere morirse antes del año 2000; dice que no tiene ganas de ver lo que pasará en el próximo siglo, que para siglos ya ha tenido bastante con éste. Mi abuelo siempre dice que quiere morirse antes del año 2000; dice que no tiene ganas de ver lo que pasará en el próximo siglo, que para siglos ya ha tenido bastante con éste. Está empeñado en morirse en 1999 y de la próstata, porque ya que lleva un montón de tiempo aguantando el rollo de la próstata, tendría poca gracia morirse de otra cosa. Está empeñado en morirse en 1999 y de la próstata, porque ya que lleva un montón de tiempo aguantando el rollo de la próstata, tendría poca gracia morirse de otra cosa.

Yo le he dicho que prefiero heredar todo lo de su pensión sin que él se muera, porque dormir con mi abuelo Nicolás mola mucho, mola un pegote. Yo le he dicho que prefiero heredar todo lo de su pensión sin que él se muera, porque dormir con mi abuelo Nicolás mola mucho, mola un pegote. Nos dormimos todas las noches con la radio puesta y si mi madre prueba a quitamos la radio nos despertamos. Nos dormimos todas las noches con la radio puesta y si mi madre prueba a quitamos la radio nos despertamos.@@@ Manolo Segura@@@

Nosotros somos así. Nosotros somos así. Si mi abuelo se muriera yo tendría que compartir la terraza de aluminio visto con el Imbécil, y eso me cortaría bastante el rollo. Si mi abuelo se muriera yo tendría que compartir la terraza de aluminio visto con el Imbécil, y eso me cortaría bastante el rollo.

El Imbécil es mi hermanito pequeño, el único que tengo. El Imbécil es mi hermanito pequeño, el único que tengo. A mi madre no le gusta que le llame el Imbécil; no hay ningún mote que a ella le haga gracia. A mi madre no le gusta que le llame el Imbécil; no hay ningún mote que a ella le haga gracia.

Que conste que yo se lo empecé a llamar sin darme cuenta. Que conste que yo se lo empecé a llamar sin darme cuenta. No fue de esas veces que te pones a pensar con los puños sujetando la cabeza porque te va a estallar. No fue de esas veces que te pones a pensar con los puños sujetando la cabeza porque te va a estallar.

Me salió el primer día que nació. Me salió el primer día que nació. Me llevó mi abuelo al hospital; yo tenía cinco años; me acuerdo porque acababa de estrenar mis primeras gafas y mi vecina la Luisa siempre decía: Me llevó mi abuelo al hospital; yo tenía cinco años; me acuerdo porque acababa de estrenar mis primeras gafas y mi vecina la Luisa siempre decía: «Pobrecillo, con cinco años.» «Pobrecillo, con cinco años.»

Bueno, pues me acerqué a la cuna y le fui a abrir un ojo con la mano porque el Orejones me había dicho que si mi hermanito tenía los ojos rojos es que estaba poseído por el diablo. Bueno, pues me acerqué a la cuna y le fui a abrir un ojo con la mano porque el Orejones me había dicho que si mi hermanito tenía los ojos rojos es que estaba poseído por el diablo. Yo fui a hacerlo con mi mejor intención y el tío se puso a llorar con ese llanto tan falso que tiene. Yo fui a hacerlo con mi mejor intención y el tío se puso a llorar con ese llanto tan falso que tiene. Entonces todos se me echaron encima como si el poseído fuera yo y pensé por primera vez: Entonces todos se me echaron encima como si el poseído fuera yo y pensé por primera vez: «¡Qué imbécil!», y es de esas cosas que ya no se te quitan de la cabeza. «¡Qué imbécil!», y es de esas cosas que ya no se te quitan de la cabeza. Así que nadie me puede decir que le haya puesto el mote aposta; ha sido él, que ha nacido para molestar y se lo merece. Así que nadie me puede decir que le haya puesto el mote aposta; ha sido él, que ha nacido para molestar y se lo merece. @@@ Manolo Segura@@@

Igual que yo me merezco que mi abuelo me llame: Manolito, el Nuevo Joselito: Igual que yo me merezco que mi abuelo me llame: Manolito, el Nuevo Joselito: Porque mi abuelo me enseñó su canción preferida, que se llama Campanera, y que es una canción muy antigua, de cuando no había water en la casa de mi abuelo y la televisión era muda. Porque mi abuelo me enseñó su canción preferida, que se llama Campanera, y que es una canción muy antigua, de cuando no había water en la casa de mi abuelo y la televisión era muda. Algunas noches jugamos a Joselito, que era el niño antiguo que la cantaba en el pasado, y yo le canto la canción y luego hago que vuelo y esas cosas, porque si no jugar a Joselito, una vez que acabas de cantar Campanera, se convierte en un rollo repollo. Algunas noches jugamos a Joselito, que era el niño antiguo que la cantaba en el pasado, y yo le canto la canción y luego hago que vuelo y esas cosas, porque si no jugar a Joselito, una vez que acabas de cantar Campanera, se convierte en un rollo repollo. Además, a mi abuelo se le saltan las lágrimas por lo antigua que es Campanera y porque el niño antiguo acabó en la cárcel; y a mí me da vergüenza que mi abuelo llore con lo viejo que es por un niño tan antiguo. Además, a mi abuelo se le saltan las lágrimas por lo antigua que es Campanera y porque el niño antiguo acabó en la cárcel; y a mí me da vergüenza que mi abuelo llore con lo viejo que es por un niño tan antiguo.

Resumiendo, que si vas a Carabanchel y preguntas por Manolito, el Nuevo Joselito, tampoco te van a querer decir nada o a lo mejor te señalan la cárcel de mi barrio, por hacerse los graciosos, que es una costumbre que tiene la gente. Resumiendo, que si vas a Carabanchel y preguntas por Manolito, el Nuevo Joselito, tampoco te van a querer decir nada o a lo mejor te señalan la cárcel de mi barrio, por hacerse los graciosos, que es una costumbre que tiene la gente.

No sabrán quién es Manuel, ni Manolo, ni Manuel García Moreno, ni el Nuevo Joselito, pero todo el mundo te dará pelos y también señales de Manolita, más conocido a este lado del río Manzanares como Gafotas, más conocido en su propia casa como «Ya ves tú quién fue a hablar: El Último Mono». No sabrán quién es Manuel, ni Manolo, ni Manuel García Moreno, ni el Nuevo Joselito, pero todo el mundo te dará pelos y también señales de Manolita, más conocido a este lado del río Manzanares como Gafotas, más conocido en su propia casa como «Ya ves tú quién fue a hablar: El Último Mono». @@@ Manolo Segura@@@

El testamento

El testamento

Para realizar esta lectura necesitamos seis lectores. Uno es el narrador, y el resto los personajes que intervienen en la historia: el alcalde, Juan, Luis, el sastre y un jesuita.

 

 

 

 

 

@@@ Manolo Segura @@@

 

 

Se cuenta que un señor, por ignorancia o malicia, dejó al morir el siguiente testamento sin signos de puntuación:

«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo Facundo».@@@ Manolo Segura@@@

 

 

 

El juez encargado de resolver el testamento reunió a los posibles herederos; es decir, al sobrino Juan, al hermano Luis, al sastre y a los jesuitas y les entregó una copia del confuso testamento con objeto de que le ayudaran a resolver el dilema.


Al día siguiente cada heredero aportó al juez una copia del testamento con signos de puntuación.

 

 

 

El sobrino Juan lo presentó de la siguiente forma:

“Dejo mis bienes a mi sobrino Juan, no a mi hermano Luis. Tampoco, jamás se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los Jesuitas.

Todo lo dicho es mi deseo.@@@ Manolo Segura@@@

Facundo.”@@@ Manolo Segura@@@

 

 

 

 

El hermano Luis presentó su reclamo de esta manera:

“¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? ¡No! A mi hermano Luis. Tampoco, jamás se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los Jesuitas.

Todo lo dicho es mi deseo.@@@ Manolo Segura@@@

Facundo.”

 

 

 

 

El sastre justificó su derecho como sigue:

“¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. Se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los Jesuitas.

Todo lo dicho es mi deseo.@@@ Manolo Segura@@@

Facundo.”

 

 

 

 

Los Jesuitas consideraron que el documento debería interpretarse de la siguiente manera:

“¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. ¿Se pagará la cuenta del sastre? Nunca, de ningún modo. Para los Jesuitas todo.

Lo dicho es mi deseo.@@@ Manolo Segura@@@

Facundo.”

 

 

 

 

Esta lectura ocasionó grandes escándalos y para poner orden, se acudió a la autoridad. Ésta consiguió establecer la calma y después de examinar el escrito, dijo en tono severo:

 

 

 

Señores, aquí se está tratando de cometer un fraude; la herencia pertenece al Estado, según las leyes; así lo prueba esta interpretación:

 

 

 

“¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No.

¿A mi hermano Luis? Tampoco.

Jamás se pagará la cuenta del sastre.

Nunca, de ningún modo, para los Jesuitas.

Todo lo dicho es mi deseo.@@@ Manolo Segura@@@

Facundo."

 

 

 

 

 

En tal virtud, y no resultando herederos para esta herencia, queda incautada en nombre del Estado, y se da por terminado este asunto.@@@ Manolo Segura@@@

 

 

 

 

 

 

 

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Las cosas no son lo que parecen.

Las cosas no son lo que parecen.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una muchacha estaba aguardando su vuelo en una sala de espera de una gran aeropuerto. Como debía esperar por muchas horas, decidió comprar un libro para matar el tiempo. También compro un paquete de galletas. @@@ Manolo Segura@@@

Se sentó en un asiento en la sala VIP del aeropuerto para poder descansar y leer en paz. Al lado del asiento donde estaba la bolsa de galletas se sentó un hombre que abrió una revista y comenzó a leer.@@@ Manolo Segura@@@
Cuando ella tomo la primera galleta, el hombre también tomo una. Ella se sintió indignada, pero no dijo nada. Apenas pensó: "pero, que descarado, si yo estuviese mas dispuesta la daría un golpe en el ojo para que nunca mas se le olvide".
Cada vez que ella tomaba una galleta, el hombre también tomaba una. Aquello la dejaba tan indignada que no conseguía reaccionar. Cuando quedaba apenas una galleta, pensó: "ah... que será lo que este abusador va a hacer ahora?". Entonces el hombre dividió la ultima galleta por la mitad, dejando la otra mitad para ella. Ah!! aquello era demasiado! se puso a bufar de la rabia! Entonces cerro su libro y sus cosas y se dirigió al sitio de embarque.
@@@ Manolo Segura@@@
Cuando se sentó, confortablemente, en su asiento, ya en el interior del avión, miro dentro de la bolsa y para su sorpresa su paquete de galletas estaba allí... todavía intacto, cerradito!! Sintió tanta vergüenza. Solo entonces percibió lo equivocada que estaba, había olvidado que sus galletas estaban guardadas dentro de su bolsa!! El hombre había compartido sus galletas sin sentirse indignado, nervioso, consternado o alterado, mientras ella quedo muy trastornada, pensando que estaba compartiendo las de ella con él. @@@ Manolo Segura@@@
Y ya no había mas tiempo para explicaciones... ni para pedir disculpas.
Cuantas veces, en nuestras vidas, estamos comiendo las galletas de los demás, y no somos conscientes de ellos?. Antes de llegar a una conclusión... observa mejor!! Tal vez las cosas no sean exactamente como piensas, no pienses lo que no sabes acerca de las personas...
@@@ Manolo Segura@@@

¿Eres capaz de leer esto?

¿Eres capaz de leer esto?

Estudio de universidad inglesa @@@ Manolo Segura @@@

 

 


Sgeun un etsduio de una uivenrsdiad ignlsea, @@@ Manolo Segura @@@

 

no ipmotra el odren en el que las ltears etsan ersciats, @@@ Manolo Segura @@@

 

la uicna csoa ipormtnate es que la pmrirea @@@ Manolo Segura @@@

 

y la utlima ltera esten ecsritas en la psiocion cocrrtea. @@@ Manolo Segura @@@

 

El rsteo peuden estar ttaolmntee mal y aun así pordas lerelo sin pobrleams. @@@ Manolo Segura @@@

 

Etso es pquore no lemeos cada ltera por si msima snio la paalbra cmoo un tdoo. @@@ Manolo Segura @@@

 

Lectura con ECO

Lectura con ECO

Para esta lectura vamos a realizar el juego del ECO. Para ello formamos grupos de 4. El primero lee una frase completa (en negro) y se para. El segundo lee lo que está en azul hasta el final de la frase y se para. El tercero lee la última palabra (en rojo) . El cuarto lee las últimas sílabas de la última palabra (en amarillo). Vuelve a comenzar el primero con la siguiente frase.

 

¡Vamos allá! idea original de Manolo Segura

 

Esto eran veinte frailes...

Pues señor: esto eran veinte frailes que vivían en un convento muy antiguo cerquita de Salamanca. Cerquita de Salamanca. Salamanca. Manca, manca. Todos llevaban la cabeza pelada, todos llevaban una barba muy blanca, todos vestían un hábito remendado, todos iban en fila, uno detrás de otro, por los inmensos claustros. por los inmensos claustros. Claustros. Tros, tros.

Si uno se paraba, todos se paraban; todos se paraban; paraban; ban, ban; si uno tropezaba, todos tropezaban; todos tropezaban; tropezaban; zaban, zaban; si uno cantaba, todos cantaban. todos cantaban. Cantaban. Taban, taban. Daba gusto oírles trabajar. oírles trabajar. Trabajar. Bajar, bajar. Uno serraba la madera,otro pelaba patatas, otro cortaba con las tijeras, otro golpeaba con el martillo, otro escribía con la pluma, otro limpiaba la chimenea, otro pintaba cuadros, otro abría la puerta, otro la cerraba. Cerraba. Rraba, rraba.

Kikirikí, cantaba el gallo: cantaba el gallo: gallo: llo, llo: todos los frailes se levantaban, se estiraban un poquito y bajaban a rezar. y bajaban a rezar. Rezar. Zar, zar. Tan, tan, tocaba la campana fray Balandrán: campana fray Balandrán: Balandrán: drán, drán: los frailes corrían a comer o a cantar o trabajar. cantar o a trabajar. Trabajar. Bajar, bajar. Todos rezaban juntos, estudiaban juntos, abrían y cerraban la boca juntos. cerraban la boca juntos. Juntos. Tos, tos. idea original de Manolo Segura

Fray Nicanor, el superior, era un fraile alto seco y amarillo; alto, seco y amarillo; amarillo; -rillo, rillo. tenía una larga nariz y unos brazos muy largos. unos brazos muy largos. Largos. Gos, gos. De cuatro zancadas recorría el monasterio. recorría el monasterio. Monasterio. Terio, terio. Era muy bueno y tenía fama de sabio, aunque había otro más sabio que él, pues tenía en la cabeza metidos todos los libros de la biblioteca. libros de la biblioteca. Biblioteca. Teca, teca. Un millón poco más o menos. más o menos. Menos. Nos, nos. Le preguntabas los ríos de Asia y lo sabía; y lo sabía; sabía; bía, bía; le preguntabas cuántas son ocho por siete y lo sabía. y lo sabía. Sabía. bía, bía.¡Lo sabía todo!... sabía todo!... todo!... do!, do!...

Este fraile era fray Olegario, el bibliotecario, que tenía ciento y pico de años. y pico años. Años. Ños, ños.

Estaba más arrugado que una pasa y más encorvado que el mango del bastón. que el mango de su bastón. Bastón. Tón, tón. Tenía reuma y cuando llovía se le hacía más pequeña una pierna. le hacía más pequeña una pierna. Pierna. Erna, erna.

Los frailes se pasaban todos los días rezando, leyendo libros muy gordos, durmiendo poco, trabajando mucho. trabajando mucho. Mucho. Cho, cho.

Había una imagen de San Francisco en la iglesia, y los frailes le tenían mucha devoción. le tenían mucha devoción. Devoción. ción, ción. Fray Bautista, el organista, un fraile pequeñito y vivaracho como una ardilla, tocaba en el órgano las mejores cosas que sabía. las mejores cosas que sabía. Sabía. Bía, bía. Pero era un pesado. un pesado. Pesado. Sado, sado.

Había un fraile que se pasaba dando vueltas a la chocolatera todo el día. todo el día. Día. Ía, ía. Hacía chocolate de almendras. de almendras. Almendras. Mendras, mendras. Este era fray Cucufate, el del chocolate. el del chocolate. Chocolate. Late, late. Fray Pirulero, el cocinero, era regordete y colorado, como todos los cocineros, y tenía los pies anchos. tenía los pies anchos. Anchos. Chos, chos. Andaba de lado, como los patos, y tenía un gorro en la cabeza. un gorro blanco en la cabeza. Cabeza. Beza, beza. Pues déjate que fray Mamerto, el del huerto, ¡pasaba con cada brazada de zanahorias!... brazada de zanahorias!... zanahorias!... horias!... horias!... ¡Con lo que le gustaban a San Francisco las zanahorias! las zanahorias! zanahorias! horias! horias! Pero del pobre San Francisco nadie se acordaba. nadie se acordaba. Acordaba. Daba, daba. Algunas veces le sacaban en procesión, le daban una vuelta por el pueblo y enseguida a casa. y en seguida a casa. Casa. Sa, sa. idea original de Manolo Segura

Los frailes no jugaban nunca. jugaban nunca. Nunca. Ca, ca. Con trabajar les sobraba. les sobraba. Sobraba. Braba, braba. Allá en el torreón estaba todo el día fray Procopio, el del telescopio; estaba calvo de tanto hacer cuentas yexperimentos con frascos y líquidos. con frascos y líquidos. Líquidos. Quidos, quidos. Un día mezcló bicarbonato, ácido sulfúrico y un poquito de lejía, y la que se armó. y la que se armó. Armó. Mó, mó.¡Cataplum! ¡Cataplum! taplum! plum! plum! La capucha salió por un lado, las sandalias por otro, y el gato por otro, con el rabo chamuscado. el rabo chamuscado. Chamuscado. Cado, cado. Bueno, fray Silvino tenía la nariz colorada de tanto oler el vino, y los pies negros de pisar las uvas. pisar las uvas. Uvas. Vas, vas. Otro que trabajaba mucho era fray Ezequiel, el de la miel. el de la miel. Miel. El, el. Era un hombre dulce y hablaba muy bajito. muy bajito. Bajito. Jito, jito. Goteaba miel hasta por la barba. por la barba. Barba. ba, ba. Las moscas le seguían por todas partes, hasta cuando se iba a la cama. iba a la cama. Cama. Ma, ma.

Punto y aparte era fray Rebollo, el de los bollos. el de los bollos. Bollos. Llos, llos. Era el panadero. el panadero. Panadero. Dero, dero. Iba siempre manchado de harina de pies a cabeza. de pies a cabeza. Cabeza. Beza, beza. Y qué frío debía de pasar San Francisco en el altar. en el altar. Altar. Tar, tar. El aire se colaba por debajo de la puerta como Pedro poor su casa. Pedro por su casa. Casa. Sa, sa. San Francisco se metía las manos en los bolsillos cuando nadie le veía. nadie le veía. Veía. ía, ía. Para colmo de males, un día se abrió una gotera en el techo y empezó a caerle agua encima. caerle agua encima. Encima. Cima, cima.

‐¡Estamos arreglados! ‐ arreglados! glados! dos! dos! Dijo San Francisco. San Francisco. Francisco. Cisco, cisco.

Menos mal que fray Balandrán, el sacristán, le puso un paraguas aquella noche. aquella noche. Noche. Che, che. Los frailes, al día siguiente, se dieron cuenta de que la iglesia se estaba desmoronando de puro vieja. de puro vieja. Vieja. Eja, eja. Entonces se dispusieron a arreglarla. a arreglarla. Arreglarla. Arla, arla. Se remangaron los hábitos y uno subía las piedras, otro clavaba un clavo, el otro ponía un tablón, el otro hacía la argamasa. hacía la argamasa. Argamasa. Masa, masa. Ningún fraile estaba ocioso. estaba ocioso. Ocioso. Oso, oso. Fray Olegario era el arquitecto. era el arquitecto. Arquitecto. Tecto, tecto. El peor era fray Simplón que, cuando no se caía de las escaleras, clavaba un clavo al revés, o se le caía el cubo encima de la cabeza, o ponía los ladrillos torcidos. los ladrillos torcidos. Torcidos. Cidos, cidos.

También metía mucho la pata fray Mamerto, pues era sordo como una tapia. como una tapia. Tapia. Pia, pia, Le pedías un ladrillo y te traía un martillo, le pedías la sierra y te traía un saco de tierra, le pedías un clavo y te traía un nabo, le pedías yeso y te traía un queso. traía un queso. Queso. Eso, eso. idea original de Manolo Segura



Fray Perico

idea original de Manolo Segura

Una vez estaba fray Nicanor, el superior, barriendo la iglesia, cuando llegó un hombre rústico, gordo y colorado, llamado Perico. llamado Perico. Perico. -rico, -rico. Llevaba un pantalón de pana atado con una cuerda. con una cuerda. Cuerda. Erda, erda. Miró al padre superior, se limpió la nariz con la manga y dijo: y dijo: dijo: ijo, ijo:

‐Déjame la escoba, hermano. Yo te ayudaré. te ayudaré. Ayudaré. Daré, daré.

‐Pero si ya he terminado. ya he terminado. Terminado. Nado, nado.

‐Pues barreré otra vez. otra vez. vez. ez, ez idea original de Manolo Segura

Así lo hizo, y al terminar se acercó al padre superior y le dijo: y le dijo: dijo: ijo: ijo:

‐Me gustaría barrer la iglesia todos los días y ser fraile como vosotros. como vosotros. vosotros. otros. otros.

El superior se agarró la barba un buen rato y repuso: y repuso: repuso: puso, puso:

‐Tendrás que pasar frío. pasar frío. Frío. Ío, ío.

‐Lo pasaré. Pasaré. Saré. -ré, -ré. idea original de Manolo Segura

‐Tendrás que pasar hambre. pasar hambre. Hambre. Bre, bre.

‐La pasaré. Pasaré. Saré. -ré, -ré.

‐Y tendrás que dormir poco. dormir poco. Poco. Oco, oco.

‐¡Uf!, no sé si podré. Algunas veces me duermo de pié. duermo de pie. Pié. E, e.

El abad se sonrió y le preguntó: le preguntó: preguntó: untó, untó:

‐¿Cómo te llamas? te llamas? llamas? amas, amas? idea original de Manolo Segura

‐Perico. Perico. -rico. Ico, ico.

El abad tocó la campana y los frailes acudieron de todos los rincones del convento y rodearon a Perico. rodearon a Perico. Perico. -rico, -rico. Entonces el abad les enteró de que aquel hombre quería entrar en el convento. entrar en el convento. Convento. Ento, ento. Los frailes, al verle tan colorado, tan rústico y con aquellos calzones de pana y aquellas botas, le preguntaron: le preguntaron: preguntaron: aron, aron:

‐¿Sabes leer? Leer? Leer? Er?, er?.

‐No. no, no. o, o.

‐¿Sabes escruibir? Escribir? Cribir? Bir, bir?

‐Tampoco. Poco. Oco. Co, co.

‐¿Sabes hacer cuentas? hacer cuentas? Cuentas? Entas?, entas?

‐Sólo con los dedos. los dedos. Dedos. Dos, dos.

‐Entonces, ¿qué sabes hacer? sabes hacer? Hacer? Cer?, cer?

‐Yo sólo sé contar cuentos muy bonitos. muy bonitos. Bonitos. Nitos, nitos.

Los frailes le dijeron que eso no servía para nada y se marcharon dando un portazo. un portazo. Portazo. Azo, azo. Perico se quedó solo en la iglesia y se puso allorar en un banco; en un banco; banco; anco, anco;le caían unos lagrimones tremendos. lagrimones tremendos. Tremendos. Mendos, mendos. San Francisco se compadeció de él y le dijo: le dijo: dijo: ijo, ijo:

‐¿Por qué no me cuentas un cuento? un cuento? Cuento? Ento, ento? idea original de Manolo Segura

‐¿Te gustan? Gustan? Ustan? Tan, tan?

‐Claro que me gustan. Estoy tan aburrido... tan aburrido... aburrido... ido... ido....

Perico le contó un cuento de un zapatero que hacía zapatos maravillosos cosiéndolos con la punta de su nariz, y San Francisco se partía de risa. de risa. Risa. Isa, isa. Cuando estaba a la mitad del cuento llegaron a rezar los frailes y se extrañaron mucho al ver a Perico allí. Perico allí. Allí. llí, llí

‐¿Qué haces? Haces? Haces? Ces, ces?

‐Estoy contando un cuento a San Francisco. a San Francisco. Francisco. Cisco, cisco.

‐¡Eres tonto! ¡San Francisco te va a escuchar!... va a escuchar!... escuchar!... cuchar!... cuchar!...

Bueno, pues al día siguiente se lo encontraron otra vez delante del santo. delante del santo. Santo. Anto, anto. Y se quedaron perplejos al ver que había traído una vaca y una cabra. y una cabra. Cabra. Abra, abra.

‐¿Qué hacen aquí esta cabra y esa vaca? y esta vaca? Vaca? Aca, aca?

‐Se las he traído a San Francisco por si las quiere. las quiere. Quiere. Ere, ere.

Los frailes miraron a San Francisco para pedirle perdón. pedirle perdón. Perdón. Dón, dón.

‐¡Se está sonriendo! ‐dijo fray Simplón. fray Simplón. Simplón. Plón, plón. idea original de Manolo Segura

Los frailes se rascaron una oreja. una oreja. Oreja. Eja, eja. San Francisco nunca se habían reido. se había reído. Reido. Ido, ido.

‐Está bien ‐dijeron‐. Te puedes quedar en el convento. en el convento. Convento. Ento, ento.

Perico dio un salto y abrazó a todos los frailes. todos los frailes. Frailes. Les, les El padre superior le puso el hábito y le dio su bendición.le dio su bendición. Bendición. Ción, ción.

‐Te llamarás fray Perico y tocarás la campana. tocarás la campana. Campana. Pana, pana

Fray Perico salió corriendo y tocó la campana con tanta fuerza que rompió la cuerda. rompió la cuerda. Cuerda. Erda, erda.

‐Nos has hecho cisco la cuerda la cuerda cuerda erda, erda ‐dijeron los frailes‐. Los frailes. Frailes. Les, les. ¿Qué hacemos ahora? Hacemos ahora? Ahora? Hora?, Hora?

‐Haremos un nudo ‐ un nudo. Nudo. Do, do- dijo fray Perico muy colorado. Muy colorado. Colorado. -rado, -rado

Cuando se despidió de su familia, que había venido a acompañarle, su padre lloraba y él lo consoló: y el lo consoló: consoló: soló, soló:

‐No llores, padre, que San Francisco será un padre para mí. Un padre para mí. Para mí. Mí, mí.

Los hermanos también lloraban. También lloraban. Lloraban. Ban, ban. idea original de Manolo Segura

‐No lloréis, hermanos. Hermanos. Hermanos. Manos, manos. No me quedo solo. Quedo solo. Solo. Lo, lo. ¿No veis que tengo aquí diecinueve hermanos? diecinueve hermanos? hermanos? Manos?, manos?

El padre superior les dio la cabra y la vaca para que se las llevaran. Se las llevaran. Llevaran . Varan, varan. Ellos se fueron con bastante pena. Bastante pena. Pena. Na, na. Fray Perico, como era muy gordo, no cabía dentro del hábito. Del hábito. Hábito. To, to.El abad le puso un hábito de fray Sisebuto. Fray Sisebuto. Sisebuto. Buto, buto.Fray Sisebuto era muy bruto. Muy bruto. Bruto. To, to.

Una vez venía un toro desmandado y, de un puñetazo, le puso la cabeza al revés. La cabeza al revés. Revés. Vés, vés. Cuando se enfadaba daba unos portazos que los cuadros del pasillo se caían al suelo. Caían al suelo. Suelo. Elo, elo. Fray Perico, pues, se puso el hábito de fray Sisebuto, y fray Jeremías, el de la sastrería, tuvo que recortarle un palmo de tela, pues fray Perico era bajito. Fray Perico era bajito. Bajito. To, to.